Cadena de merda empresarial

La cadena de mierda

¿Donde dije digo…? ¡Paguen lo que deben!

Las oficinas están que arden, con razón, porque les han cambiado las reglas de juego de consecución de objetivos de fondos de inversión, ¡iniciado el partido! Cuando la plantilla lo hace bien y los números salen, la Dirección se desdice de lo que había dicho, incluso POR ESCRITO, y no tiene ninguna manía en sacar las tijeras, ¡no sea cosa que la plantilla cobre un vellón más de lo que tenían presupuestado! Cuando la situación del mercado no es favorable y los números no salen, la Dirección, ¿entona algún mea culpa por habernos mandado a la guerra sin armas? ¡Qué va! La culpa siempre hacia abajo en la jerarquía; es la cadena de mierda. ¡Qué vergüenza, CaixaBank!

Respeto, civilidad, decoro

Es lo que quisiéramos. Sin embargo, no falla: cuando el número de ventas no gusta, la cadena de mierda se pone sistemáticamente en marcha. Asimismo, para no variar, nadie con galones dentro del árbol jerárquico invertido es capaz de detener el mecanismo de atribución de culpa top-down para, sosegada y reflexivamente, analizar con detalle qué ha podido pasar, hablar civilizada y respetuosamente, y dar una solución racional al asunto.

En lugar de eso, el implacable axioma patronal cuanto más arriba más atribución de lo bueno, y menos de lo malo (y viceversa), acaba convirtiendo en objeto-culpable a todos aquellos situados en los nodos-hoja del árbol jerárquico, que serán llamados a capítulo, acusados en genérico, juzgados y condenados, de forma sumarísima. Practicas, por cierto, contrarias al ordenamiento laboral y normativa interna.

Por la civilidad, y contra los abusos de poder, queremos líderes, en todos los niveles jerárquicos, que se pongan sus equipos a la espalda, y no policías dedicados a buscar culpables, actuando con paternalismo, displicencia o crueldad.