Feedback entrevistas con Bankia

Las prevenciones que hicimos sobre las entrevistas de Bankia a trabajadores de BMN eran acertadas. Los heraldos de Bankia han llevado a cabo la misión que tenían encomendada y han transmitido el mensaje: Bankia sueña con una ‘movida’ geográfica. ¿Por qué? ¿Acaso alguien ha decidido algo sobre la dirección territorial en las Islas Baleares?

Con muy poca ética, RRHH ha utilizado información sobre la vida privada de los trabajadores entrevistados, en contra de los mismos. ¿Me dices que tienes hijos mayores? ¡Ya sabes donde están las mejores universidades! ¿Tienes hijos pequeños? ¡No hay problema, no tienen las amistades consolidadas! A todo le han sacado punta (con casos particulares de un cinismo preocupante), por lo que conviene mantener la máxima reserva sobre la vida privada, porque pertenece a cada persona y nadie más, nadie, tiene porqué inmiscuirse.

En UOB tenemos muy claro qué es una isla y qué es el continente. Lo hemos demostrado en las reestructuraciones que hemos sufrido en BMN. El resto de sindicatos presentes en los comités de empresa de BMN en las Islas Baleares no pueden decir lo mismo. ¿Seguirán en la misma línea o a partir de ahora tendrán en cuenta la insularidad, y aún más, la doble y triple insularidad? 

Durante las entrevistas también ha sido muy lamentable la excusa discriminatoria dada para evitar utilizar la lengua catalana cuando ambos, entrevistado y entrevistador, eran catalanohablantes. Cuando entrevistan a trabajadores que hablan variedades dialectales del castellano, ¿los obligan a hablar lengua estándar? ¿No saben en Bankia qué es el Estatuto de Autonomía de las Illes Balears?

Volvemos a recordar tres puntos básicos que deberían formar parte del ABC de las buenas prácticas en políticas de RRHH:

  • La inestabilidad laboral perjudica a todos: clientes, plantilla… ¡y empresa!
  • En la adecuación del puesto de trabajo, es beneficioso que la opinión de los trabajadores cuente al mismo nivel que los objetivos de la empresa
  • Los empleados satisfechos son más productivos que los descontentos